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martes, 20 de septiembre de 2016

Antes se escribían muchas cartas  y estas se esperaban con ilusión.
- Paqui, que tienes carta de Madrid. –gritaba el cartero.
Ella bajaba corriendo las escaleras, cogía el sobre y lo abría con ojos iluminados.
¿Y ahora qué? Ahora sólo se escriben e-mail, whatsapp, tweets y la madre que los parió. Con faltas de ortografía, abreviaturas y emoticonos. Impersonales y fríos retweets, me gusta, y compartir. Todo ello frío, mecánico, sin alma.
¿Dónde está aquello de “espero que al recibo de esta carta te encuentres bien, yo estoy bien g. a. D.”?
Ya no está, ya nadie escribe cartas. Eso era antes.